Anita Álvarez, rescatada por su entrenadora Andrea Fuentes; Campeonato Mundial de Natación, Budapest (22 de junio de 2022). AFP/Oli Scarff
Parece una especie de Piedad, al estilo de Miguel Ángel, mezclada con una de las Asunciones de Carracci. Exceptuando los trajes de baño y la gama omnipresente de azules, la estampa es bastante renacentista; descartadas las baldosas cuadriculadas –fríamente geométricas– del plano inferior. Se diría que se trata de un mito clásico o de un pasaje bíblico.
Momentos antes de desvanecerse, Anita Álvarez había alargado el brazo apuntando el índice al cielo con medio torso fuera del agua, propulsada por la fuerza de su patada olímpica. Danzaba con tesón y gracia; entonces “todo se volvió negro”, narraría después. Se fue dos veces a la profundidad: a la de la piscina y a la de esas tinieblas que se asemejan al sueño –esas que nos aguardan a todos–, de las que apenas volvió cuando la entrenadora Andrea Fuentes fue a buscarla.
Tanto simbolismo hay aquí si nos empecinamos: nacer, renacer; cruzar de un plano al otro, atravesar el portal superior que es como el portal inferior: su reflejo. (Ya se sabe, lo que es arriba es abajo).
Acaso a uno le resultaría placentero abandonarse a esa serenidad amniótica, al silencio de la soledad subacuática. Tal vez den ganas de quedarse ahí un rato hasta que el agua entre a los huesos y los expíe por ser tan duros, tan sólidos; hasta que alguien llegue a sostenernos: un desahogo.
Sin duda lo más hermoso es el heroísmo, el arrojo de la salvadora quien –parece– acaba de emprender el vuelo, de impulsarse como Superwoman hacia el cielo de la superficie con su rescatada en brazos.
Viéndolas bien, ambas son parecidas. Empecinándonos aún más, podríamos preguntar: ¿y si las dos fueran la misma, una mujer que rescata a su doble, su alter ego? Entonces, ¿deberíamos suponer que sólo uno mismo puede levantarse, sacarse de cualquier hondo al que haya sucumbido? Seguramente no. Quienes nos amparan siempre son los otros, quienes nos dan a luz y nos reciben.
3 de julio, 2022