Ayuntamiento de Járkov, Ucrania (11 de abril de 2022). REUTERS/Alkis Konstantinidis
He aquí un chasco. Un pequeño milagro, diríase; aunque uno que pasa muy a menudo al parecer: de acuerdo con la agencia de noticias Reuters, el 60% de los misiles empleados por Rusia contra Ucrania ha fallado durante su lanzamiento o no ha explotado al impacto. En internet pueden verse imágenes de los misiles defectuosos, algunos enterrados como lanzas oxidadas en la tierra o la nieve y otros francamente singulares, como uno que fue a incrustarse en el fregadero de un apartamento y uno más, en un zoológico, directo en el aviario.
Este que ve usted aquí, clavado de bruces, no corresponde a los recientes ataques sino a los de 2014: preámbulo de esta guerra. No lo habían retirado para que permaneciera en la plaza como un monumento, como un recordatorio de la misma amenaza que ahora ha regresado para dejar el ayuntamiento jarkovita (al fondo) sin un solo cristal; mas con sus columnas monumentales intactas, casi desafiantes bajo el escudo de piedra en el que se obstina un tridente (el Tryzub, símbolo nacional), en el mismo remate donde hasta el final de la Unión Soviética habían destacado una hoz y un martillo.
“Camaradas: no temáis. Los obuses que yo cargo no explotan” se leía en una de las notas de aliento que los republicanos españoles solían encontrar en el interior de las bombas que no estallaban durante la guerra civil, saboteadas por los propios obreros españoles y alemanes que las producían, según da cuenta el escritor badajocense Arturo Barea en La forja de un rebelde.
Qué esperanzador sería, qué duda cabe, si hubiera un mensaje de solidaridad para los ucranianos en las entrañas de los misiles defectuosos; que la guerra se malograra en cada una de las bombas; una guerra de chascos que solo detonaran la risa de las personas con escenas como esta, que casi podría ser cómica, con su ave despreocupada curioseando al lado del misil (fíjese bien), de no ser por el ayuntamiento en ruinas, lleno de cicatrices y quemaduras causadas por las bombas que sí estallaron y que aún lo hacen.
20 de abril, 2022